En la costa pacífica de América, donde hoy se alzan rascacielos y avenidas modernas, hace 506 años se fundó una ciudad que cambiaría para siempre el rumbo de la región. El 15 de agosto de 1519, Pedro Arias Dávila estableció Panamá La Vieja, el primer asentamiento europeo en estas aguas, punto de partida de expediciones, comercio y contacto entre dos mundos.
Desde sus orígenes, la ciudad fue más que un simple puerto. Fue un enlace vital en la ruta de la plata y el oro, un puente natural entre el Atlántico y el Pacífico, y un testigo silencioso de conquistas, incendios y reconstrucciones. Sobre sus ruinas coloniales se levantó una nueva urbe, que con el tiempo abrazaría otro acontecimiento histórico: el 15 de agosto de 1914, el buque SS Ancon realizó el primer tránsito oficial por el Canal de Panamá, transformando para siempre el comercio marítimo mundial.
Hoy, la Ciudad de Panamá es un mosaico donde conviven los vestigios de piedra de su pasado y el acero brillante de su presente. Es un centro financiero, cultural y logístico de alcance global, pero sigue llevando en su memoria la huella de más de cinco siglos de historia que la hacen única en el continente.